miércoles, 1 de febrero de 2017

TARDE PARA LA IRA

Sam Peckinpah. Si me preguntan, recién vista la ópera prima del actor Raúl Arévalo, que es lo primero que se me viene a la cabeza seguramente seria el nombre del autor de "Grupo salvaje" o "Perros de paja"... también el del Carlos Saura de "La caza" o el del Alberto Rodríguez de "La isla mínima" y porque no, Leone, Siegel o Eastwood...

Dentro de esta "Tarde para la ira"  nos vamos a encontrar con un guión de David Pulido perfecto, redondo, sin fallos y que destila una verosimilitud pasmosa. La fotografía, rodada en un formato ya en desuso como el Super 16 mm, es asombrosa, dando a la imagen el grano y el realismo que esta historia requería.

Del dúo protagonista solo puedo dar alabanzas, comenzando por un sobrio y contenido Antonio de la Torre, que te llena cada plano solamente con su mirada y crea un personaje de los que no se olvidan con facilidad.
A su lado, un sorprendente Luis Callejo nos muestra, en su primer protagonista en la gran pantalla, que es un grandísimo actor, su Curro es un personaje de extremos, al que le da un realismo y una falta de histrionismo que sorprende.

Junto a ellos todo un elenco de secundarios con un nivel que agranda aun más el film.
Evidentemente el joven director madrileño ha bebido de todas sus fuentes y aprendido de todos los directores con los que ha trabajado para afrontar esta "Tarde para la ira" y sorprendernos con un áspero western moderno, una verdadera obra maestra para un director novel que promete y mucho.

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