jueves, 8 de julio de 2010

CINE CLASICO: MAD MAX II EL GUERRERO DE LA CARRETERA


Bizarra, con estética de cómic y con un puntillo cómico, esta película supuso en su día el destete fílmico de toda una generación de chavales (entre los que yo me incluyo), además de un hito en el panorama del género de acción de la década, copada por la industria de Hollywood con mayores presupuestos y haciendo películas prácticamente clónicas.

El emplazamiento en el desierto de Australia le daba a la saga la adecuada ambientación post-apocalíptica que necesitaba, además que darle una singularidad que ninguna otra pudo igualar (ni siquiera sus imitadoras made in Hollywood)

Mad Max II sirvió tambien para acabar de lanzar a un todavía joven Mel Gibson en el personaje de su vida.

En su día quizás no se le supo dar todo el valor y se quedó en rara, era una película muy de serie B... no tenía el glamour de las producciones norteamericanas, no salían cochazos (aunque el V8 nos robó el corazón a todos)... no hacían más que salir tíos raros (hay algún actor que parece sacado de una película de sado-maso)... tenía sus puntillos crueles (divertido hoy en día pasado el tiempo) como los del boomerang… en definitiva se salía de la tónica habitual… por eso tiene más valor hoy en día, porque la vemos y vemos una película única, mil veces imitada después y nos damos cuenta de que trás Mad Max II el cine de accion nunca ha vuelto a ser el mismo.

El final de nuestro querido V8 interceptor supone también el final de una época, la del viejo mundo, mientras las maquinas más apañadas van ganando terreno, cada vez más estrambóticas y hechas con remiendos sacados de aquí y allí y también lo del niño salvaje y el aviador loco adelanta lo que viene de camino.

Lo dicho, una joyita, de largo, el mejor personaje de Mel Gibson de los 80 y uno de los mejores trabajos de la década del actor.

Ah! se me olvidaba, si, si es una secuela, pero es tan distinta y tan lejana en conceptos y estética con su predecesora que para mí es una película única.

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