martes, 29 de junio de 2010

CINE CLÁSICO: MYSTIC RIVER


Clint Eastwood se ha convertido en uno de los mejores directores del planeta, con una filmografía repleta de grandes películas.

Con una carrera escalofriante como actor, director, productor, guionista y músico, el genial cineasta de San Francisco no deja de sorprendernos año tras años con grandísimos largometrajes.

Para mi tiene varias obras maestras: Sin perdón, Los puentes de Madison o Million Dolar Baby, Pero con Mystic River creo que llegó a la cima.

La película está basada en la novela del mismo nombre, escrita por Dennis Lehane. Pero Clint Eastwood, supo adaptarla de manera magistral para la gran pantalla.

La magia de Mystic River, reside en las grandes interpretaciones de sus actores protagonistas. Eastwood se rodeó de un elenco de actores de primer nivel, que
consiguieron dar vida a los personajes, resultando sus papeles más que interesantes y sobre todo creíbles. Soberbio está Sean Penn, en una interpretación que le supuso el Oscar al mejor actor del año; Gran interpretación también la de Kevin Bacon,
que borda su personaje muy cercano a otros que Eastwood interpreto hace años y de brutal podríamos calificar la interpretación del tercero: Tim Robbins, que obtuvo el
Oscar a la mejor actor secundario por un personaje atormentado, ambiguo, triste y terrorifico a partes iguales, una interpretacion soberbia.

Además hay que resaltar los estupendos trabajos de Laurence Fishburne, Laura Linney y Marcia Gay Harden, que no hacen mas que enriquecer el film.

Una gran historia de amistad: el destino vuelve a juntar a tres viejos amigos, que no han sabido superar un hecho brutal, ocurrido durante su infancia y que marcó sus vidas para siempre.

Una gran historia en la que el Thriller policial y el drama se funden, consiguiendo una trama cargada de suspense y dramatismo, esplendidamente desarrollados.

Una gram historia repleta de tensiones psicológicas entre personajes, en la que se plasma a la perfección los traumas, los odios, las dudas, la venganza, la culpabilidad, la infancia perdida, otras pérdidas irreparables y lo insoportable que resulta en ocasiones el silencio.

Una gran historia contada de forma magistral. Dirección sobervia, planos magníficos, fotografía espectacular, una gran banda sonora delicada y acertada, realizada por el propio Clint Eastwood, y un reparto de actores sublime, grándes genios de la pantalla a las órdenes del más grande. En mi opinión, una obra maestra.

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