De vez en cuando
te encuentras con joyitas como ésta, cine sin pretensiones pero con oficio, y
con una virtud: darle una vuelta de tuerca al género.
Estamos ante algo novedoso y se agradece. El desarrollo del
film, partiendo de algo de clasicismo dentro del terror (bosques tenebrosos,
asesinos monstruosos) va transitando hacia algo diferente, casi un drama sobre
la soledad, el maltrato, la culpa, el miedo y el monstruo interior que podemos
llegar a desarrollar, donde la interpretación de su pareja protagonista hace
que el film gane enteros por momentos.
Es ahí donde me ha ganado este pequeño film austriaco, en esa
evolución es donde gana enteros y se convierte en una película muy bien
resuelta.
Buen debut en el largometraje de Justin P. Lange que demuestra que tiene cosas que contar y de una manera más que interesante.
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