viernes, 11 de enero de 2019

ROMA

Roma no es una película fácil.
Su impecable fotografía en blanco y negro pasando por su montaje de largos planos y silencios y acabando por su historia de cotidianidad, seguro que echa a mucha gente para atrás. 

No busques acción ni violencia (algún pequeño atisbo hay) ni dramas desgarradores, nada de eso vas a encontrar.
Pero si te adentras en la vida de Cleo, en su invisible presencia en la casa donde vive/trabaja y la acompañas en aquellos primeros años 70 en Roma (una barriada donde la diferencia de clases sociales era brutal) te encontraras con un drama profundo, con una de las fotografías mas impresionantes que verás, una impecable reconstrucción de la época, un uso del montaje increíble y una sensación de comprensión, dolor y alegría que muy pocos directores pueden ofrecerte hoy en día.

Alfonso Cuarón vuelve a reinventarse, esta vez yendo a sus orígenes, a sus recuerdos de infancia y contando con actores desconocidos nos regala una de las películas del año: diferente, triste y bellísima.

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