miércoles, 17 de mayo de 2017

ALIEN COVENANT

Alien Covenant devuelve dignidad e identidad a la saga Alien, esa que se perdió en el fallido tercer acto de Fincher y en esa ida de olla de Jeunet que fue la cuarta parte.

Además de esto continúa la historia de la irregular Prometheus con acierto, nos resuelve algunos problemas brillantemente, y une, a falta de una nueva película, el film del año 2012 con Alien, el octavo pasajero.

Cuenta con un extenso plantel de actores en el que destacan una notable Katherine Waterston sucesora/antecesora de Ripley y un enorme Michael Fassbender por partida doble. Del casting rescato a Danny McBride, Demián Bichir y a Billy Crudup, el resto de actores no tiene mucho protagonismo. La pena son las aportaciones de James Franco y Noomi Rapace que quedan convertidas en puras anécdotas, relegadas a los avances que nos han ofrecido por internet y que no aparecen en el film, algo que no acabo de comprender y que parece ser está de moda en el cine actual.


Yendo al meollo del asunto, la película, es sobrecogedor el efecto que hace la música en ciertos momentos o la visión de la creación del título, claros homenajes al clásico del 79. También brillan el diseño de producción y la fotografía que consiguen la textura por un lado del original y por otro momentos claros y brillantes como los de Prometheus.

Ridley Scott, perro viejo, ha valorado el material ya realizado y viendo la deriva que llevaba la saga en los últimos años ha hecho algo muy inteligente: homenajear con respeto y brillantez a las dos primeras entregas, las más memorables, el film está lleno de momentos, situaciones y escenas que nos devuelven a aquellas películas haciendo un guiño al espectador más fan, uno disfruta de sobremanera por ello de cada escena, cada pasillo de la nave y cada momento de tensión de esta notable Alien Covenant.

Y digo notable y no sobresaliente porque, al contrario del Alien original, dónde nada fallaba, el guión era perfecto, así como a actitud y las decisiones que tomaba la tripulación del Nostromo, en el Covenant los personajes toman decisiones y realizan acciones que te dejan un poco descolocado. Si el director hubiera pulido esto, estaríamos ante una nueva obra maestra, pero ya sabemos que esta calificación solo la tiene un film de la saga.

Ahora bien, poniendo en una balanza todo lo dicho anteriormente solo queda decir que salí del cine satisfecho y con una sonrisa en los labios por ver y sentir algo que creía que no volvería ni a ver ni a sentir en una sala. Así que sin dudarlo pasen señores y señoras a la sala y disfruten asústense o sufran, según prefieran, porque el maestro Scott ha vuelto con su hijo mas querido por la puerta grande.

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