jueves, 22 de julio de 2010

CINE CLASICO: LA TUMBA DE LAS LUCIÉRNAGAS


Todo un clásico de la animación de la factoría japonesa Ghibli. Una historia de supervivencia que obtuvo excelentes críticas en todo el mundo.

Hacía mucho tiempo que no me llevaba un impacto tan enorme, tan bestial, tan triste. No me hace falta ver Platoon para odiar las guerras, con ésta película, sin ni un sólo tiro y casi ninguna secuencia de acción, yo lo hago. Es imposible, salvo que alguna persona sea un iceberg o algo parecido, que quien la vea no se sienta inundado por la tristeza y la pena, por la desolación y por la lástima. Película tortuosa, dura, a la que le gusta jugar con los sentimientos de los espectadores y hacerlos llorar; creo que es imposible no hacerlo con ése final tan descarnado, tan trágico.

Uno se da cuenta, poco a poco, del constante deterioro que sufren los dos hermanos (inolvidable Setsuko) a causa de la guerra; y cómo unos absurdos principios japoneses, y mundiales, como son el orgullo y el honor, hacen derrumbarse toda posibilidad de esperanza. Película demoledora, sin concesiones, emotiva y seria. Una visión inteligente y no tan convencional del terror, de la lucha por la supervivencia y del egoísmo, y de sus causas y sus consecuencias.

Da donde más duele, en pleno corazón. No deja indiferente a nada ni a nadie. Desbordante de sentimientos y dulce a la vez, con una música deliberadamente melodramática, compuesta para acentúar y manipular. Pero no le quito mérito. Es una auténtica obra maestra indispensable. Te hará reír (no mucho), te hará sufrir, pero no será en vano.

La crítica estadounidense dijo de ella: "Una película obligatoria para todo aquel que duda de que el cine de animación pueda contar historias serias y profundas. Una maravillosa historia que te romperá el corazón" totalmente de acuerdo.

1 comentario:

  1. uy!! esta no me la conocía... y con lo que me gusta el anime. Me la apunto para ver, pero en uno de esos días en que una peli no pueda acabar con mi estado de ánimo, que por lo que dices parece durilla.

    Un saludo,

    Al Curry.

    ResponderEliminar